
[Esta entrevista fue realizada por Mara Price y publicada en dos partes en el blog infantil Los Bloguitos, en 2008. Ha sido actualizada.]
Parte I
Isabel Arraiza-Arana nació en Puerto Rico. Actualmente vive con su esposo y sus tres hijos en Illinois, Estados Unidos. En esta entrevista aprenderás más sobre ella y su primer libro, Cuentos Musicales, ilustrado por Tatiana Boada Santacoloma y publicado por Ediciones Puerto. También conocerás sus sueños, por qué le gusta escribir, sobre su querida isla tropical de Puerto Rico y mucho más.
¿Isabel, qué te divierte?
Me divierte mucho pasar tiempo con mis hijos. Muchas veces son quienes me dan ideas para nuevas historias. También me divierto escribiendo, leyendo y paseando. Me encanta visitar nuevos lugares.
¿Como aprendiste a ser poeta o escritora de cuentos para niños?
Tengo un tío a quien quiero mucho que ha publicado varios libros de poesía. Desde pequeña leía sus libros y trataba de adivinar el significado de sus versos. Muchas veces le pregunté de qué hablaba, la verdad, muy pocas veces logré descifrarlos. Eran versos muy profundos. Pero creo que fue ahí donde conocí la fuerza de las palabras y lo grandioso que es poder expresar nuestros sentimientos de una forma tan hermosa.
Cuando empecé a escribir literatura infantil, empecé escribiendo cuentos en verso. Todavía tengo algunos guardados. Al buscar información para publicarlos, me encontré con que a muy pocos editores les interesan los cuentos que rimen. No entiendo por qué, pues se conoce la importancia de usar rimas en la infancia. Pero para poder publicar mi primer libro, convertí los versos en cuentos.
¿A qué edad empezaste a escribir historias?
Me gustaba escribir desde pequeña, siempre intentaba escribir poemas. Buscaba con mis hermanos y primos palabras que rimaran y tratábamos de contar en versos sucesos graciosos que le hubiesen ocurrido a algunos miembros de la familia. Todos los años escribíamos décimas para cantarlas en las reuniones familiares. Era muy divertido.
Leí tu libro Cuentos Musicales, y aunque no conozco Puerto Rico, tus cuentos me transportaron a esta isla mágica. Dime, ¿qué te inspiró o motivó para escribir este libro?
Vivía en Carolina del Norte cuando nació Bianca, mi primera hija. Quería leerle en español y busqué libros de cuentos en varias librerías. En ninguna encontré cuentos puertorriqueños, y como quería enseñarle sobre tantas cosas que nos distinguen, me senté a escribirlo. Le escribí sobre la fauna, la flora, el mar, las costumbres, la comida, lugares hermosos, la música. Como eran cuentos cortos, una editora me sugirió agrupar varios bajo un mismo tema. Así nació Cuentos Musicales.
¿Cuando empezaste a escribir, tenías a todos los niños en mente o a alguien en especial?
Empecé a escribir para mis hijos. Intentaba que fuesen historias divertidas, para que les gustara leer en español, y que les enseñaran algo sobre Puerto Rico. Más adelante, cuando empecé a publicar mis historias, tenía en mente a los niños puertorriqueños, tanto a los que viven en la Isla como a los hijos de puertorriqueños que ya no viven allí. Muchos, igual que yo, se esfuerzan por conservar su idioma y por enseñarles a sus hijos sobre Puerto Rico.
¿Qué me puedes decir sobre la ilustradora de Cuentos Musicales?
No he tenido el placer de conocerla, yo escribí los cuentos y el editor se encargó de todo lo demás. Se llama Tatiana Boada Santacoloma y es colombiana. Me gustaron mucho sus ilustraciones, son muy alegres y originales.
¿Qué haces cuando no estás escribiendo?
Cuando no estoy escribiendo estoy escuchando música mientras trabajo en la casa. Me gusta mucho cocinar. También puedo estar leyendo, o paseando con mi familia.
Parte II Recuerdos
¿Cuáles son tus recuerdos favoritos de cuando eras niña?
Pasábamos los fines de semana en una casita de madera en una finca que mi papá tenía. Allí aprendí a sembrar, a cuidar cerdos, a bañarme con agua helada y a divertirme con la compañía de los que estábamos, que siempre éramos muchos. Nos divertíamos muchísimo buscando piedras brillantes, agarrando sapitos y lagartijos y recogiendo frutas.
¿Cuál es tu color favorito?
El aqua, mezcla de azul y verde.
¿Jugabas con muñecas, animales de peluche o carritos?
Jugaba con muñecas, me gustaba mucho una que era una bebé que lloraba y comía. Pero mis juegos favoritos eran afuera. Tenía muchos vecinos y jugábamos frente a mi casa pelota, voleibol, de esconder, gallitos, bolines (canicas); corríamos bicicleta y patines y hacíamos coreografías.
¿Qué te gustaba hacer cuando eras niña?
Me gustaban mucho los deportes, jugaba voleibol en una liga juvenil y acompañaba a mi hermano a sus juegos de baloncesto y pelota. Me gustaba bailar, cogí clases de baile un tiempo. Mi hermano y mis primos tenían una banda y yo estaba siempre en primera fila cuando tocaban. También iba a menudo a la playa.
¿Leías cómics o cuentos para niños?
Leía cómics, teníamos una colección y las intercambiábamos con los amigos. Ya más grande, me encantaban los cuentos costumbristas y las leyendas puertorriqueñas. Me gustaban los cuentos que le daban una explicación fantástica a algo que conocemos: por qué tal pájaro no canta, cómo se forman las olas, etc. Todavía me gustan mucho, he escrito varios de ese tipo.
¿Cuál era tu personaje favorito?
Me gustaban muchos personajes. De los cómics, me gustaban Archie, La Pequeña Lulú, Sal y Pimienta, y Periquita. De los cuentos, me gustaba Juan Bobo. De televisión, me gustaban Los Picapiedra y El Chavo del Ocho.
¿Veías mucho la televisión o escuchabas historias en la radio?
No veía mucha televisión y ya no había historias en la radio en Puerto Rico. Escuchábamos música. Nos gustaba La Pandilla, un grupo español, y Menudo. Nos sabíamos sus canciones y algunas coreografías.
¿Cuál era tu pasatiempo favorito?
Creo que jugar con los vecinos y los primos. Con las primas de mi edad tenía una clave para escribirnos cartas. Mis hermanos tenían otras claves para escribirse con otros primos. Todos guardábamos celosamente esas claves, bajo llave. Tratábamos de encontrar las de los demás para descifrar sus cartas. Si te agarraban, te metías en problemas. Muchas veces tuvimos que hacer claves nuevas, porque alguien nos la robó. Y hacíamos claves falsas para despistar. Era muy divertido.